Ceguera insana

miércoles, 2 de enero de 2008 em
A pesar de generar inconscientemente una resistencia a tanta belleza, a toparme de frente con Bukowsky, a recordar el rostro de mi amado Rimbaud, a escuchar unos cuantos acordes acompañados de melódicas voces, al folklor y al misticismo, al incienso y los caminos de flores amarillas, a los buenos cuentos, a continuar en la madrugada sin el talento y peor sin el oficio de intentar un par de trazos medianamente decentes, a tragarme una botella de tinto para continuar con una de whisky al otro día, a pelear con la gastritis, los desordenes alimenticios y algunos tragos más; lo gracioso es que ya ni asqueado estoy de la vida, ya la tristeza no me consuela, ni la estética decadente me entusiasma, las ruinas me resultan grises (hace tiempo amaba los grises), se me han olvidado las palabras, cada día la ortografía va peor: olvido palabras y a veces hasta frases completas, se que no estoy enfermo, se que antes no lloraba tal vez por algún defecto en mis lagrimales, ahora tampoco lloro pero menos río. Como hace algun tiempo lo dije: "No se en que parte del camino me perdí...", solo que ahora me encuentro diferente, irreconocible e incorregible, cada día un poco mas paranoico, el del espejo es un capricho diferente cada mediodía, la noche cada vez me sorprende mas temprano y la resaca no me deja tranquilo. No me queda el saco de oficina y el carrete de revolucionario siempre me ha incomodado, sin dedudas, con promesas y algunos cuantos amores en las bolsas, no tengo nada de que quejarme, cosas que agradecer y la carencia de la intención de hacerlo. Fantasmas en mi cabeza, amigos muertos y ahora por mi olvidados, aquellos mismos que dejaron algunos libros hace un par de siglos, el dadaismo fuera de moda ya ni a eso le puedo echar la culpa ahora, tomando en serio el sin sentido.


.Había dicho que no tomaría imágenes que no fueran mías, pero este rostro justifica cualquier método. Buenas noches

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