I`ll wait for you

lunes, 31 de marzo de 2008 em
This is a really special song called Slow show, when i was younger than today i thought about differents song lyrics and I realized that i could find me, but this time i`ll wait for you "for twenty-nine years before I´ll see you"

The National - Slow show

Standing at the punch table swallowing punch
can’t pay attention to the sound of anyone
a little more stupid, a little more scared
every minute more unprepared

I made a mistake in my life today
everything I love gets lost in drawers
I want to start over, I want to be winning
way out of sync from the beginning

I wanna hurry home to you
put on a slow, dumb show for you
and crack you up
so you can put a blue ribbon on my brain
god I’m very, very frightening
I’ll overdo it

Looking for somewhere to stand and stay
I leaned on the wall and the wall leaned away
Can I get a minute of not being nervous
and not thinking of my dick
My leg is sparkles, my leg is pins
I better get my shit together, better gather my shit in
You could drive a car through my head in five minutes
from one side of it to the other

I wanna hurry home to you
put on a slow, dumb show for you
and crack you up
so you can put a blue ribbon on my brain
god I’m very, very frightening
I’ll overdo it

You know I dreamed about you
for twenty-nine years before I saw you
You know I dreamed about you
I missed you for
for twenty-nine years

You know I dreamed about you
for twenty-nine years before I saw you
You know I dreamed about you
I missed you for
for twenty-nine years

Emile Cioran

domingo, 16 de marzo de 2008 em
Vaya que cada que vuelvo a ver este blog me convenzo más que no se parece nada en absoluto a las formas con que originalmente se delineaba en mi cabeza pero bueno antes de que estos post se colapsen asi mismos dejaré por aquí a algunos fantasmas co0n los cuales espero alguien pueda encontrar compañia.

"Por cobardía sustituimos la sensación de nuestra nada por la sensación de la nada. Y es que la nada general apenas nos inquieta: vemos en ella demasiado a menudo una promesa, una ausencia fragmentaria, un callejón sin salida que se abre. Durante largo tiempo me obstiné en hallar a alguien que lo supiera todo sobre sí mismo y sobre los otros, un sabio-demonio, divinamente clarividente. Cada vez que creía haberlo encontrado, debía, tras un examen, cambiar de opinión: el nuevo elegido tenía todavía alguna mancha, algún punto negro, no sé qué recoveco de inconsciencia o de debilidad que le rebajaba al nivel de los humanos. Percibía yo en él huellas de deseo o de esperanza, o algún residuo de pesar. Su cinismo era manifiestamente incompleto. ¡Qué decepción! Y proseguía siempre mi búsqueda y siempre mis ídolos del momento pecaban en algún aspecto: el hombre estaba presente en ellos, oculto, maquillado o escamoteado. Acabé por comprender el despotismo de la especie, y por no soñar más que con un no-hombre, con un monstruo que estuviese totalmente convencido de su nada. Era una locura concebirlo: no podía existir, ya que la lucidez absoluta es incompatible con la realidad de los órganos.”

De Emile Cioran en La tentación de existir.

“Puedo decirle que mi vida ha estado dominada por la experiencia del tedio. He conocido ese sentimiento desde mi infancia. No se trata de ese aburrimiento que puede combatirse por medio de diversiones, con la conversación o con los placeres, sino de un hastío, por decirlo así, fundamental y que consiste en esto: más o menos súbitamente en casa o de visita o ante el paisaje más bello, todo se vacía de contenido y de sentido. El vacío está en uno y fuera de uno. Todo el Universo queda aquejado de nulidad. Ya nada resulta interesante, nada merece que se apegue uno a ello. El hastío es un vértigo, pero un vértigo tranquilo, monótono; es la revelación de la insignificancia universal, es la certidumbre llevada hasta el estupor o hasta la suprema clarividencia de que no se puede, de que no se debe hacer nada en este mundo ni en el otro, que no existe ningún mundo que pueda convenirnos y satisfacernos. A causa de esta experiencia —no constante, sino recurrente, pues el hastío viene por acceso, pero dura mucho más que una fiebre— no he podido hacer nada serio en la vida. A decir verdad, he vivido intensamente, pero sin poder integrarme en la existencia. Mi marginalidad no es accidental, sino esencial. Se impone una precisión: la experiencia que acabo de describir no es necesariamente deprimente, pues a veces se ve seguida de una exaltación que transforma el vacío en incendio, en un infierno deseable.”

“Me es imposible tener fe, igual que me es imposible no pensar en la fe. Pero la negación siempre triunfa. Hay en mí una especie de placer negativo y perverso del rechazo. Me he movido toda la vida entre la necesidad de creer y la imposibilidad de creer. Mi temperamento es tal que en él la negación siempre ha sido más fuerte que la afirmación.”


“Yo no soy egoísta. Esa no es realmente la palabra apropiada. Yo soy compasivo. El sufrimiento de los demás tiene sobre mí un efecto directo. Pero, si mañana desapareciera la humanidad, me daría igual. La desaparición del hombre es una idea que no me desagrada.”

“Pero, a partir del momento en que has aceptado existir, debes aceptar la prostitución. Para mí, todo tipo que no se suicida, está prostituido.”

Fragmentos tomados de [Persecuciones]

Vaya que en momentos así uno no se siente tan solo.